Dedos de niña


Por: Vicente Arturo Pichardo

La chica toca el piano. El público se queda escuchando. Ella toca de una manera pausada los tonos bajos de la composición. Están atentos, escuchan los ritmos que van subiendo y bajando. Cada nota va apareciendo en el espacio dibujando  formas e iluminando el anfiteatro. No se detiene, sigue tocando con una fuerza que le sale de todo su interior. Varias horas antes le habían dicho que no podía tocar, que no daba para eso, que tenía que retirarse. Ella lloró de una manera desordenada y un chico que la había escuchado tocar le dijo: "No llores no tienes que hacerle caso a ellos, soy ciego, pero tu música me hace ver".
La chica sigue tocando y se olvidó de todas las gotas que brotaron de sus ojos. Ahora lo que la inunda es un mar de aplausos.

Comentarios

Entradas populares